Gears of War: Ultimate Edition es una recreación (o remake, como nos gusta decir por nuestra costumbre de mechar palabras in English) del aclamado juego desarrollado por Epic Games y lanzado en el año 2006 para Xbox 360, luego porteado a PC un año más tarde. Para todo aquel que haya vivido en un termo, éste fue el título que popularizó de manera masiva el sistema de cobertura en los shooters en tercera persona como forma de protegerse contra el fuego enemigo, si bien no fue el primero en implementarlo. Por lo tanto, no se trata de una remake más del montón. El juego sigue siendo tan divertido como antes, aunque muchas cosas hayan sido repetidas posteriormente por otros juegos hasta el hartazgo. Testosterona pura, desde los tipos zarpados en músculos hasta ametralladoras con motosierras adosadas. La mecánica de tiros se siente bien, y si jugaron al original enseguida se van a sentir en su salsa. Todavía contamos con la genial opción de recarga activa, que permite acelerar el proceso de reemplazar el cargador del arma presionando el botón en el momento exacto, como si fuera un QTE. A pesar de poder protegernos utilizando distintos objetos de los escenarios como cobertura, los enemigos a veces nos rodean y tenemos que movernos en otra dirección. De todas maneras, la inteligencia artificial se siente un poco tosca, y ya empieza a mostrar su edad. Además hay veces en la que los enemigos se bancan bocha de tiros, haciendo que dispararles se vuelva un poco monótono. Divierte, pero también es bastante repetitivo después de jugar un buen rato. El modo cooperativo es excelente, tanto con amigos como con extraños. El modo competitivo, en cambio, está bastante desierto en PC, y es embolante tener que esperar para unirse a una partida, por lo que no vale la pena perder mucho tiempo con eso. Algo muy copado es que la campaña incluye los 5 capítulos extra que eran exclusivos de la versión de PC. Los mapas son los mismos que antes, así que los que hayan jugado mucho al juego durante todos estos años van a correr con ventaja. No se incluye soporte para mods ni ningún otro tipo de contenido creado por los usuarios, lo cual es algo muy negativo para la gente que aprecia las ventajas de una plataforma abierta. Los gráficos fueron mejorados en esta nueva versión, y corre a 60 FPS. Las texturas se ven mejor que nunca, la iluminación garpa mucho más y las sombras también. Por desgracia el juego es muy demandante, y el rendimiento es bastante mediocre, con serios frame drops. Algo malo es la poca cantidad de opciones de configuración. Esto se ve empeorado aún más por ser una app de la Windows Store con todas las limitaciones que eso implica, por lo que no se puede desactivar el vsync si nos molesta el posible input lag, ni jugar en modo pantalla completa exclusiva (las apps de Universal Windows Platform solo corren en modo ventana o fullscreen sin bordes) o utilizar overlays para benchmarks. Otro problema de esto es que solo se puede correr en Windows 10, así que si no se actualizaron al último sistema operativo de Microsoft cagaron, se van a tener que quedar con las ganas. Finalmente, es exclusivo de la Windows Store, así que olvídense de comprarlo en Steam, Origin o cualquier otro servicio de juegos digitales, y rueguen que Microsoft no decida matar la plataforma en el futuro como hizo con Games for Windows Live. En conclusión, Gears of War sigue siendo un muy buen juego, pero hoy en día se siente un toque viejito. Entretiene, y los fanáticos que le den rosca lo van a disfrutar mucho, pero los jugadores nuevos probablemente no puedan apreciar todo lo que este juego le aportó al género hace 10 años. Sus mecánicas fueron superadas por títulos más recientes, aunque eso no le quita mérito a éste. Quedará en cada uno la decisión de si jugársela por un juego de la tienda de Windows o no, sabiendo que el pasado de la compañía distribuidora no es muy alentador. Personalmente creo que las cosas negativas le juegan muy en contra, y una edición aniversario/remake se merece algo mucho mejor.
